" ESTAS CUATRO PAREDES APRISIONAN MI CUERPO, PERO NO MI PENSAMIENTO"

MIGUEL ANGEL BELTRAN

sábado, 16 de abril de 2011

NUESTRO PROFESOR, MIGUEL ÁNGEL BELTRÁN, DISCÍPULO DE BOLÍVAR Y MARTÍ, SECUESTRADO EN MÉXICO POR ÓRDENES DE URIBE

Patricia Ramírez Sotomayor y Marcelo Mansilla García


Hoy ha sido nuestra primera clase sin nuestro profesor. Estábamos todos atónitos, sorprendidos por semejante noticia. No lo podíamos creer. Con nuestros compañeros hablamos y reflexionamos mucho sobre la ilegal encarcelación y deportación de Miguel Ángel. Se lo llevaron, sin más, a Colombia el viernes 22 de mayo, después de golpearlo brutalmente en el INM (Instituto Nacional de Migraciones) de la ciudad de México. Todavía no nos podemos sacar de la mente la imagen de Miguel Ángel difundida en los distintos periódicos. La primera fotografía que se publicó era una donde aparecía con chaleco antibalas y rodeado de soldados colombianos con poderosas armas largas. Unas semanas atrás era simplemente aquel nuevo profesor que se había ganado la admiración de sus alumnos. Nuestra inicial impresión sobre su persona fue la que cualquiera hubiera podido tener si lo conociese por primera vez. Desde el comienzo de sus clases vimos a un hombre que, con un acento singular, se esforzaba tímidamente en enseñarnos el proceso independentista de Colombia y Venezuela. Ni siquiera poseía su propia computadora personal. Delgado, humilde, hasta sus facciones parecían las de Bolívar, libertador tan admirado por él. Con el correr de las clases su timidez se opacó frente al apasionamiento que volcaba ante la narración histórica de tales sucesos. Sin duda amaba lo que hacía.
Siempre nos llamaba la atención su dedicación al estudio, a cualquier hora del día siempre lo encontrábamos en la biblioteca leyendo e investigando. En las clases era muy entretenido escucharlo hablar sobre Bolívar, Miranda, Santander, Andrés Bello, Simon Rodríguez, etc. Siempre en el esfuerzo de traer al presente aquellos sucesos, como si desempolváramos los libros de historia para iluminarlos hoy con el arma de la crítica. Por ello nos esforzábamos en pensar el presente del chavismo venezolano o la situación de permanente violencia que sufre Colombia.
En este contexto todavía no podemos olvidar unos de sus comentarios finales a propósito de su país. Él nos recalcaba lo importante que es tener un pensamiento crítico en la producción del conocimiento, y que nosotros estudiando en México deberíamos valorar. El profe Miguel Ángel se afligía por la imposibilidad de realizarlo en su propio país. Decía que si expresaba sus pensamientos sobre la conflictuada Colombia no tenía más suerte que la censura y la criminalización del pensamiento crítico. Se ve que sabía de lo que hablaba..., lástima que se equivocó sobre México...
Nos preocupa bastante la situación de criminalización de nuestras profesiones como intelectuales críticos de un sistema capitalista viciado, excluyente, generador de pobreza en su máxima expresión. El principio de “legalidad”, regla de oro del liberalismo jurídico, fue absolutamente ignorado y la ley fue suspendida de facto con la violación de los derechos más fundamentales. Se violaron todos los derechos individuales que el mismo Estado liberal supuestamente garantiza, así como también la presunción de inocencia que tiene todo hombre o mujer antes que nada.
Con Miguel Ángel se ve a las claras que el marco legal no será nunca un límite, en la protección del individuo ante el Estado, cuando se trata de proteger los intereses de los poderosos.
Lo deportaron sin previo aviso, no le permitieron comunicarse con su abogado, lo golpearon, lo torturaron y se lo llevaron a la tierra en donde el Estado, como la mayor fuerza política, comete los más terribles crímenes con toda la impunidad, disfrazando sus acciones bajo el slogan de “lucha contra el narcotráfico/terrorismo”. Lo que han hecho y están haciendo con Miguel Ángel es terrorismo de Estado; se ve la complicidad de los dos Estados de ultraderecha de América Latina: México y Colombia. Ambos fieles obedientes que siguen al pie de la letra las órdenes del mayor terror del planeta: los EEUU.
¿Cuántos más Miguel Ángel debemos soportar?
¿Cuántos encarcelamientos, torturas y falsas acusaciones debemos enfrentar antes de que las cosas cambien?
¿Cuánta injusticia más debemos soportar por el mero hecho de ser críticos, de pensar diferente, de querer una Latinoamérica justa, solidaria e igualitaria?
La única arma que portamos los cientistas sociales, o cualquier persona comprometida con el cambio social, político y económico, es nuestra capacidad de razonar, de pensar, de escuchar, de estudiar, y justamente eso es lo que se está criminalizando. Miguel Ángel se convirtió, según los periódicos colombianos y el des-gobierno de Uribe, en “el mayor terrorista”, “el más violento”, “el más peligroso”.
Pero nos preguntamos entonces ¿el más peligroso para quién? Claro, enseñar ideas como las de Simón Bolívar o José Martí (autores que Miguel ángel tenía de cabecera), quienes desde el Siglo XIX tenían plena conciencia de lo que significaría para América Latina tener un vecino como EEUU, no es para nada funcional al sistema capitalista.
Hoy nos tocó vivir de cerca este embate contra un excelente profesor, introvertido y callado, pero profundamente inteligente y critico.
Su único crimen es justamente: estudiar y pensar críticamente.
Pero tenemos plena conciencia de que existen miles de Miguel Ángel en el mundo. Hoy día, en el siglo XXI, cuando ya supuestamente tenemos superadas dictaduras, guerras sucias, y cuando es la “democracia liberal” la que gobierna... Solo nos preguntamos ¿hasta cuándo?

Miguel Ángel Beltrán: "La verdad resulta incómoda para el sistema"

Tomado del Periodico EL TURBIÓN
http://elturbion.modep.org

Por: Andrés Gómez – abril 14 de 2011


Han pasado cerca de dos años desde la detención irregular de Miguel Ángel Beltrán en México y su posterior entrega al DAS en Colombia, tiempo en el que no se ha resuelto la situación jurídica del catedrático de la Universidad Nacional y estudiante de posdoctorado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), a quien la Fiscalía acusa de ser miembro del llamado 'frente internacional' de las FARC. A menos de un mes para que se reinicien las audiencias del juicio, el profesor Beltrán conversó con El Turbión acerca de su caso, sobre su libro “Crónicas del otro cambuche”, respecto a su experiencia como preso político, acerca del gobierno de Santos y sobre el pensamiento crítico en una realidad como la colombiana.
La defensa del profesor Beltrán y sus familiares, durante el juicio, ha denunciado que Miguel Ángel es víctima de la persecución al pensamiento crítico y, debido al gran número de irregularidades que se han presentado en su caso, han solicitado veeduría internacional para el caso, recibiendo el apoyo de intelectuales de todo el mundo y de estudiantes en Colombia y México.

Andrés Gómez: –En su libro relata que más de una persona se refirió a usted como 'ratón de biblioteca', ¿cómo se pasa de ser un ratón de biblioteca a ser señalado como alias 'Jaime Cienfuegos' en Colombia?
Miguel Ángel Beltrán: –Ante todo quisiera aclarar que no soy ni lo uno ni lo otro. La percepción de 'ratón de biblioteca' proviene de una izquierda que todavía hace veinticinco años veía con sospecha y con cierto desprecio a quienes otorgábamos un valor importante a la formación académica. La consecuencia de esta visión de la academia y la política se mostró en toda su magnitud con la crisis que siguió a la caída del socialismo real: huérfanos de ideas y propuestas, muchos militantes de izquierda cayeron en el desencanto y en lo mismo que habían combatido, es decir, el academicismo. Por otra parte, considero que la actitud de que a todo aquel que investiga la realidad social con un lente crítico se le tilda de guerrillero proviene de un Estado que persigue y criminaliza a quienes pensamos diferente. Precisamente, esto es lo que ha sucedido conmigo y, por eso, mismo mis escritos académicos han sido tomados como prueba para acusarme del delito de rebelión, lo que constituye una clara persecución al pensamiento crítico.

AG: –A pesar de que las pruebas que se usan en su contra se han desestimado para otros casos, ¿por qué cree que sigue preso?
MAB: –El propósito del régimen al mantenerme privado de la libertad, pese a que hace mucho tiempo se ha puesto al descubierto la ilegalidad de las pruebas, es enviar un claro mensaje a los académicos críticos y a la universidad pública en general: 'cuídense de estudiar el conflicto social y armado con una perspectiva diferente a la oficial, porque miren lo que les puede suceder. Cuídense de pensar críticamente'. Y esto, sin duda, cala en algunos sectores universitarios que se han refugiado en su silencio, pese a saber de mi inocencia.

AG: –En su libro “Crónicas del otro cambuche” describe un conflicto que se alimenta de la guerra misma. Cómo estudioso del conflicto colombiano, ¿qué piensa de la situación de las FARC con el gobierno del presidente Santos?
MAB: –Sin duda, el telón de fondo de los escritos que presento en mi libro “Crónicas del otro cambuche” es el conflicto armado y social que sacude a Colombia desde hace más de medio siglo y que ha traído muchos costos económicos, sociales y, particularmente, de vidas para el país. Ha tenido episodios de intensa confrontación militar, pero también de diálogos que, infortunadamente, no han logrado cristalizar en acuerdos que erradiquen las raíces mismas que han alimentado esta guerra fratricida.
En tal sentido, considero que las recientes liberaciones de políticos y militares retenidos por las FARC es una señal que envía esta organización armada en el sentido de crear condiciones en dirección a allanar caminos hacia un posible diálogo entre la guerrilla y el Estado. No obstante, no percibo una verdadera voluntad de paz por parte del presidente Santos que, si bien posee un estilo de gobierno diferente al de su antecesor, se mantiene en la línea de privilegiar una salida militar.
Cuando el presidente afirma que “la puerta de la paz no está cerrada”, pero que para abrirla la guerrilla debe cesar su actividad militar, entregar las armas, etc., en realidad le dice a los colombianos que la guerra va a continuar. ¿Cómo se espera que las FARC, luego de más de 46 años, desmovilice a sus hombres y entregue sus armas a cambio de vagas promesas de paz? Máxime cuando se está frente a un Estado que sistemáticamente ha incumplido sus acuerdos. Basta dar una ojeada a la historia Colombiana: desde la entrega de Guadalupe Salcedo, bajo el gobierno militar de Rojas Pinilla, hasta los más recientes acuerdos en Santafé de Ralito, durante el gobierno de Uribe, el incumplimiento ha sido una constante.

AG: –¿Cómo define el pensamiento crítico?
MAB: –El pensamiento crítico es, a mi modo de ver, una condición fundamental del quehacer académico e intelectual: nos ofrece la posibilidad de analizar y examinar la realidad desde una perspectiva diferente a las ideas dominantes, reconociendo que toda idea es susceptible de múltiples miradas, en ocasiones contradictorias, pero necesarias entre sí.
El pensamiento crítico ha sido motor indispensable para el avance de la humanidad, pero no ha recorrido un camino lineal y ha debido enfrentar poderes instituidos, interesados en mostrar una única verdad. Por ejemplo, cuando Galileo Galilei desafía con sus investigaciones empíricas las teorías geocéntricas, hegemónicas en ese momento, tiene que padecer la persecución de los jerarcas de la iglesia católica, que le estigmatizan como hereje y le obligan a retractarse de sus ideas. Pocos siglos después, la teoría heliocéntrica es una teoría que cualquier estudiante de primaria está en condiciones de reconocer.
En un país como el nuestro, atravesado por un conflicto interno secular, se hace todavía más necesario el ejercicio del pensamiento crítico. Los investigadores sociales tenemos el compromiso ético y político de indagar por esas realidades que el pensamiento hegemónico trata de ocultar. Se trata de verdades que resultan incómodas para el sistema y que éste trata de borrar, persiguiendo y criminalizando a quienes tratamos de buscarlas. Hoy, a quienes hacemos lecturas críticas de la realidad social se nos señala públicamente como 'terroristas', pero muy seguramente mañana estos aspectos de la realidad quedarán al descubierto y se reconocerán las dimensiones de una confrontación armada y social que los gobernantes de turno se empeñan en reducir a una 'amenaza terrorista'.
Miguel Ángel Beltrán Nación
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Comentarios

Libertad para el Dr. Miguel Angel Beltran Villegas
Submitted by Anónimo on Sáb, 16/04/2011 - 5:45pm.
El acompañamiento internacional debe ser importante para evitar que se sigan violando todos los derechos al Dr. Miguel Angel Beltran Villegas, es totalmente injusto su detencion y los atropellos al que ha sido sometido por el gobierno.

Libertad para Miguel Àngel
Submitted by Anónimo on Sáb, 16/04/2011 - 5:25pm.
Ánimo Miguel Ángel, la historia te dará la razón mientras que tu nos das ejemplo de fortaleza

22 MESES DE PRESIDIO: ENTRE LA INCERTIDUMBRE Y LA ESPERANZA

ORACION A LA JUSTICIA
Señora de ojos vendados
que estás en los tribunales
sin ver a los abogados,
baja de tus pedestales.
Quítate la venda y mira
Cuánta mentira.

Actualiza la balanza
y arremete con la espada
que sin tus buenos oficios
no somos nada.

Lávanos de sangre y tinta
resucita al inocente
y haz que los muertos entierren
el expediente.

Espanta a las aves negras
y aniquila a los gusanos
y que a tus plantas los hombres
se den la mano.

Ilumina al juez dormido,
apacigua toda guerra
y hazte reina para siempre
de nuestra tierra.

Señora de ojos vendados,
con la espada y la balanza
a los justos humillados
no les robes la esperanza.
Dales la razón y llora
porque ya es hora.

María Elena Walsh

Varios amigos y amigas, colegas de ASPU, me dijeron que hiciera un balance de lo que ha sido este largo tiempo de injusticia, así que no puedo evitar pensar que llega un nuevo año y con él, la esperanza de retornar al campus universitario para seguir ejerciendo la cátedra y la investigación crítica, sin embargo, en contravía de esta idea, el Estado Colombiano a través de su aparato judicial se obstina en su persecución política manteniéndome privado arbitrariamente de la libertad.
¿Cuántos meses han transcurrido desde mi secuestro en México? ¿Cuántos desde el inicio de mi juicio oral? Son más de 21 meses y hasta el momento la fiscalía especializada de antiterrorismo NO ha logrado probar su acusación, pese a las pruebas ilícitas e ilegales con las que ha pretendido fundamentar sus imputaciones y las innumerables falencias e inconsistencias en los testimonios presentados por el ente acusador como aquel que rindió el intendente, señalando que había cometido un delito al “hacer un comentario sobre la historia de las FARC” en uno de mis escritos.
Formalmente mi condición jurídica es de sindicado, pero en la práctica, se me ha tratado como condenado: Me condenaron las autoridades migratorias de México que me sometieron a tratos crueles e inhumanos y mediante una deportación ilegal y arbitraria me trajeron a Colombia, violando el artículo 22 de la Convención Americana sobre los derechos humanos y otros tratados Internacionales.
Me condenaron, el director de la policía, general Oscar Naranjo y el ex fiscal Mario Iguarán, cuando -sin prueba alguna- sostuvieron ante los medios de comunicación que yo era un peligroso terrorista y estaba organizando células terroristas en México.
Me condenó el ex presidente Uribe Vélez cuando en un consejo comunitario señaló, de manera temeraria, que yo era “Jaime Cienfuegos”, “un profesor de sociología dedicado al terrorismo”.
Me condenaron los jueces y magistrados del Tribunal Superior que legalizaron un secuestro y una detención ilegal, donde se violaron todos mis derechos fundamentales, empezando por el de mi integridad física.
Me condenó el abogado representante de víctimas, Jaime Restrepo, al afirmar irresponsablemente ante los medios escritos y hablados que yo era un importante miembro de la Comisión Internacional de las FARC, y por “cadena de mando” debía indemnizar a las víctimas de esa organización guerrillera.
Casi dos años después, estos señalamientos han sido desvirtuados y la Verdad se abre paso lenta pero segura, no obstante, sigo siendo tratado como condenado.
Me condena el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC) que sistemáticamente ha negado mi condición de funcionario público, con el propósito de mantenerme recluido en un pabellón de Alta Seguridad, mezclado con peligrosos paramilitares y delincuentes sociales.
Me condena la Procuraduría General de la Nación que efectivamente reconoce mi calidad de funcionario público, pero con el fin de adelantarme una investigación disciplinaria.
Me condenan las Directivas Universitarias que no sólo han guardado silencio frente a esté injusto proceso sino que me desafiliaron de la seguridad social, junto con mi núcleo familiar.
Me condenan aquellos (as) colegas que han vendado sus ojos, taponando sus oídos y sellado sus labios frente a todos estos atropellos.
Y… ¿Qué queda de todo este absurdo montaje judicial?
Queda al descubierto la naturaleza criminal de una Estado que persigue y castiga la libertad de pensamiento, de investigación y de cátedra.
Queda en evidencia la doble moral de los gobiernos de México y Colombia. Que se proclaman “democráticos” y que no dudan en recurrir a los más ruines procedimientos para silenciar a sus opositores.
Queda al desnudo la falta de “objetividad” de los medios masivos de comunicación oficiales, empeñados en su papel de deformar favoreciendo los intereses de las élites gobernantes.
Queda de manifiesto la parcialidad de algunos jueces de la república que han traicionado su mandato judicial de impartir justicia y han dilatado al máximo este proceso, obligándome a cumplir una condena sin que previamente se haya emitido sentencia alguna.
Queda claro el papel de una burocracia universitaria empeñada en administrar el “alma mater” con criterios puramente tecnocráticos, divorciándola de su función humanista.
Pero toda experiencia por negativa que sea, aporta siempre valores positivos y ésta no ha sido la excepción:
Queda la inagotable solidaridad de todos y todas ustedes, que coloca al ser humano por encima de cualquier idea de fatalidad histórica.
Queda la fuerza de unos ideales humanistas, que nos impulsa a congregarnos a través de toda la tierra, sin importar las barreras que se nos interponen.
Queda la convicción y el entusiasmo de todos (as) aquellos (as) que han participado de una u otra forma en esta campaña por la libertad de pensamiento, de investigación y de cátedra.
Queda la dignidad de quienes NO nos doblegamos ante una Estado que emplea la violencia indiscriminada para acallar a sus opositores.
Queda la esperanza de poder reencontrarnos en un espacio de libertad donde la palabra pueda circular libremente.
Queda la certeza que: “EL SILENCIO NO ES UNA ALTERNATIVA”
MIGUEL ANGEL BELTRAN VILLEGAS
PRESO POLÍTICO
PABELLÓN “ALTA SEGURIDAD”
“LA PICOTA”, MARZO 22 /2011